Duendes de la tinta

Pocas criaturas resultan tan versatiles y rentables para sus dueños como los Duendecillos de la Tinta. Venenos, antídotos, drogas, ácidos, medicinas... todo es posible de obtener si se sabe con que tinta alimentar a estas criaturas. Son muy apreciados en el mercado negro por toda clase de compradores. Casi siempre habitan en entornos con presencia humana, pues estos son los seres que más propensión tienen a dejar sus pensamientos por escrito, condición que resulta indispensable para la alimentación de los Duendes de la Tinta.

Aspecto: Son unos pequeños seres de unos 20 centímetros de alto de delgadisimos miembros y un aspecto puntiagudo, como el de esquirlas cinceladas en cristal. Su cuerpo exuda una sustancia viscosa cuyas propiedades y color dependen de la tinta de la que se alimente.

Descripción: Los Duendes de la Tinta pueden introducirse en trozos de papel para alimentarse de la tinta que haya en ellos. Es por esto que el mejor lugar para buscarlos es en grandes bibliotecas o librerias antiguas, donde la desaparición de las letras de un libro tarde mucho en ser advertida. Aún no se sabe si el contenido de las páginas, en cuanto a género o estilo, influye en los Duendes, pero si es cierto que aquellos que se alimentan de tinta con la que se ha escrito poesía suelen tener un aspecto más menudo y melacólico.
La forma de extraer a estos seres del papel es colocando el fragmento sobre un tarro o recipiente y calentar la otra cara con una llama, pero sin llegar a quemar el papel. El duende huyendo del calor sale del papel y cae en el recipiente.

Poderes/Habilidades: Sus cuerpos producen una sustancia viscosa que tiene diversos efectos según la tinta de la que se han alimentado:
Tinta azul: Alucinógeno suave
Tinta negra: Veneno mortal e instantáneo
Tinta roja: Vertido sobre cualquier herida la cicatriza de inmediato
Tinta verde: Un ácido corrosivo muy potente
Tinta amarilla: Sustancia inflamable que cuando arde lo hace con pequeñas llamas azules y da una tenue luz fria. Es bastante estable y da igual la cantidad que se encienda, nunca explota. En la oscuridad tiene una leve fosforescencia.

Apariciones: La tienda de alimañas de Mika, Segundo Encuentro (Final)